No se puede entender el éxito de nuestra empresa sin hacer un recorrido corto por la vida profesional de nuestro fundador, Ceferino Trabadelo Pérez de Barcia, nativo de Grandas de Salime, pueblo que abandonó con 14 años para buscarse la vida, si bien siempre ha estado ligado a él.

Ceferino comienza en su adolescencia en una farmacia de Lugo ayudando en todo tipo de tareas, más tarde arreglaba cafeteras, luego ya las vendía, después vendía frigoríficos y luego los fabricó hasta que se puso a construir, diseñar y equipar diferentes instalaciones comerciales como cafeterías, discotecas y salas de fiesta allá por los años 70. En los distintos negocios que tuvo, pasó por muchos altibajos y en uno de esos bajos comenzó a gestarse el germen de Trasacar.

Ceferino comenzó con mucho esfuerzo un proyecto que hoy se ha convertido en un referente en su sector.

Los comienzos fueron duros, muy duros, como en cualquier empresa que se comienza “desde cero”. Lo cierto es que en uno de sus viajes a la capital madrileña, allá por el año 1980, probó una carne roja asada en carbón vegetal hasta entonces desconocida para él, un chuletón de buey que le entusiasmó, y que le llevó a plantearse que podía comercializar ese tipo de carne de calidad en Asturias.

Investigó la procedencia de esa carne y dichas investigaciones le llevaron a diferentes mataderos gallegos donde ni corto ni perezoso realizó sus primeras compras de carne roja, aunque estuvo tres años sin poder venderla en Asturias, su tierra natal, porque era una carne desconocida en aquel momento, y ningún restaurante se quería arriesgar.

Lejos de desanimarse, Ceferino continuó su ruta comercial hasta el País Vasco, Navarra y Madrid, visitando asadores de puerta a puerta y haciendo una cartera de clientes a base de coraje, valor y muchas horas de trabajo. Algunos de aquellos asadores, después de más de 30 años, siguen confiando en Trasacar, la empresa de Ceferino, para disponer de la carne roja de mejor calidad para sus parrillas.

Poco a poco la empresa fue creciendo en instalaciones y plantilla, y fue mejorando tanto en la calidad del producto como en el nivel de servicio a nuestros clientes, hasta llegar al momento actual, en el que disponemos de un equipo cualificado de 50 personas, unas instalaciones en las afueras de Oviedo de más de 9.000 m2,

Nuestro equipo de compras no se limita a buscar la carne en una indicación geográfica protegida, ni de una raza concreta, ni en una granja concreta, si no que hace un recorrido por las mejores ganaderías del mundo adquiriendo aquellos ejemplares que poseen una calidad contrastada siempre atendiendo al sabor, a la jugosidad y a la terneza de la carne. La experiencia nos ha enseñado que la calidad de la carne de una vaca puede ser igual o superior a la de un buey, ya que la calidad dependerá en mayor medida de la raza, de la genética de cada ejemplar, de la alimentación y del bienestar de los animales en su hábitat antes que del sexo del animal.

Hoy en día se consume carne roja en todas las comunidades de nuestro país, hecho que debemos agradecer a la generosidad del pueblo Vasco-Navarro por haber sabido transmitir su cultura gastronómica al resto del país.